Variedades de pitaya

Las variedades de pitaya más comunes en los comercios son tres: la pitahaya roja de pulpa blanca, la pitahaya roja de pulpa roja, y la pitahaya amarilla. Esta última es la más dulce y la que tiene más sabor. La pitahaya roja por su lado es menos aromática y posee un sabor menos dulce, más insípido, por lo que se suele emplear más como adorno en postres y cócteles.
Tanto la pitaya roja en sus dos variedades como la pitaya amarilla se caracterizan, al igual que la mayoría de las frutas, por ser poco calórica, ya que gran parte de su peso es agua. Además, es fuente de vitamina C, sobre todo la variedad roja. Esta fruta contiene una pulpa suave, dulce y blanca en los cultivos de color amarillo y carmesí en las variedades de piel roja,
En su origen, la variedad amarilla se cultiva en zonas tropicales y tropicales altas como Colombia, Ecuador, Bolivia y Perú, y la variedad roja se cultiva en México, Nicaragua y Vietnam. Desde hace unos años se ha empezado a cultivar pitahaya también en España.
En España las variedades con más futuro son lógicamente aquellas que mejor se adaptan a las condiciones climatológicas de temperatura y humedad, y para ello son varias las regiones que estudian dicha adaptación en sus respectivos territorios, realizando cruzamientos para desarrollar una variedad con mayor rendimiento, grados brix y una alta concentración de compuestos funcionales (vitamina c, betalainas, tiramida, macro y microelementos).
Dentro de España, Almería y Granada son dos provincias que, por condiciones climatológicas, se han convertido en un lugar de referencia para los cultivos subtropicales. A los frutos tradicionales y conocidos en España como son el mango, el aguacate o la chirimoya, se va sumando desde hace unos años la pitahaya.
¿Qué Variedades de pitaya existen?
El color es el elemento diferencial más evidente que tienen entre si las diferentes variedades de pitaya que existen. Veamos cada una de ellas y sus características.
Pitaya Roja

Las pitahayas rojas con pulpa roja son más difíciles de cultivar y por ello menos frecuentes, si bien su sabor es más intenso que el de la de pulpa blanca.
La planta es un cactus rústico, de tallos largos triangulares, cuyos tentáculos buscan las rocas incesantemente por las que sienten una especial predilección, haya tierra cercana o no.
El fruto es una baya de forma ovoide, alargada y en algunos casos redonda, que llega a pesar entre 200 gramos y 400 gramos aproximadamente. La cáscara está compuesta por formaciones salientes llamadas brácteas. La formación del fruto desde la polinización hasta la recolección dura de cuatro a ocho meses dependiendo de las temperaturas existentes.
La de pulpa rosa se puede usar como colorante natural en repostería, cocina y coctelería. También combina muy bien en macedonias y ensaladas. Para dar un toque original y exótico podemos añadírsela a batidos, helados o realizar mermeladas.